El equipo de Casa Cuneo trabaja día a día para brindarnos las soluciones pertinentes en uno de los momentos más sensibles de la vida, ante la pérdida de un ser querido, contención que no solo se extiende a lo largo de una ceremonia de despedida, sino también en el proceso de duelo.
Llegar a este mundo, protagonizar nuestra historia y finalmente partir de él. Ese es el ciclo de la vida, inexorable, natural y común a todos los seres humanos, aunque experimentar la partida de un familiar, amigo o ser cercano puede resultar uno de los desafíos más difíciles que podemos afrontar. Conocerlo y entenderlo hacen al puntapié inicial para comenzar a recorrer el camino de la aceptación y posibilitar la reconstrucción de un proyecto de vida.
“El final de la vida es parte del ciclo vital, y no estamos acostumbrados a hablar de él. Nosotros nacemos, nos desarrollamos y finalmente partimos; pero de este último ciclo no se habla, ya que produce un corte de la existencia”, nos explica la Psicóloga Stefanía Roa, M0669.
Un proceso de duelo conlleva distintas emociones, como miedos, angustias, bronca y dolor, y el mismo impacta de distintas maneras en la vida de las personas que lo transitan. Es clave entender que no hay recetas mágicas ni un tiempo determinado para superarlo, y que cada persona lo enfrentará con sus propios mecanismos y los que encuentre a su alrededor.
Casa Cuneo lo entiende, y es por ello que nos brinda esta nueva herramienta de apoyo y contención. Los talleres de duelo están destinados a los seres queridos que han depositado su confianza en manos del equipo profesional, con el objetivo de que accedan a un espacio de desahogo en donde puedan encontrar respeto, intimidad, calidez y empatía.
Los encuentros se desarrollan una vez mes, y en ellos el foco está puesto en el consuelo, la comprensión, el acompañamiento y la orientación, para reconocer el proceso de partida, entender el dolor y aprender a transformarlo.
La Psicóloga Roa, miembro del equipo de profesionales de Casa Cuneo, comentó que es fundamental atravesar de manera correcta el proceso de duelo, con los tiempos que ello amerita y -sobre todo- aprendiendo a poner en palabras lo que la pérdida nos provocó. Ése es el puntapié inicial para comenzar con el desarrollo de cada encuentro.
“Lo que sale a la luz en estas charlas es que siempre nos exigen estar bien, la sociedad brinda herramientas para ´estar bien´, pero también está bien sentirse mal. Siempre tratamos de hacerles entender a las personas que asisten a los encuentros la importancia de poder poner en palabras lo que se siente en ese momento de pérdida”. Psicóloga Stefanía Roa, M0669.
Las charlas poseen actividades coordinadas, destinadas a familiares directos y no directos, y están divididas en tres etapas:
1° Etapa: los asistentes se presentan y realizan una primera aproximación a la experiencia que están atravesando;
2° Etapa: los deudos abordan el significado de la partida de este mundo y los sentimientos que han surgido tras la pérdida de su ser querido;
3° Etapa: para generar una herramienta de liberación de esos sentimientos, los asistentes escriben una carta dedicada al ser querido que partió, en la cual se despiden de él. “Es una manera de poner un cierre y despedirse de esa persona que ya no está”. Psicóloga Stefanía Roa, M0668.
En estos espacios de escucha y comprensión se visibilizan historias emotivas y reconfortantes, las cuales ayudan a los participantes a comprender y aceptar el dolor, propio y de los demás. “Para muchas, esa es la primera vez que hablan de la muerte de su familiar o ser querido; muchos lloran por primera vez en ese lugar y otros pueden poner ahí por primera vez lo que sienten en palabras. Hay personas que deciden no hablar, solo escuchar, y se los entiende y respeta; al escuchar el relato de las experiencias del otro, se dan cuenta de lo que les está pasando”.
¿Por qué es necesario poner en palabras lo que provoca una pérdida?
Las emociones que no se expresan, que no se liberan, quedan alojadas en el interior y se transforman, provocando muchas veces daños físicos y emocionales. Esto se puede traducir en el denominado “duelo patológico”.
Este tipo de duelo, explicó la Psicóloga, se presenta cuando la persona no puede poner en palabras lo que siente, y comienza a manifestar falta de voluntad para abastecer sus propias necesidades, por desgano o depresión, lo que luego conlleva a que su organismo comience a somatizar:
“Ésta es la señal de alarma para recurrir a la consulta con un profesional. No todas las personas atravesamos la partida de un ser querido de la misma manera y es muy importante siempre pedir ayuda, para poder hablar cuando se está mal”.
En esos momentos, la salud física es tan importante como la mental. Tomarse el tiempo necesario, buscar apoyo y poder hablar son cuestiones que ayudan a las personas a emprender y superar el proceso de duelo.
Fuente Misiones Online
